KONSTANTINO KAVAFIS
Junto a la vitrina iluminada del estanco,
de pie estaba entre otros.
Por casualidad sus miradas se cruzaron,
y el deseo prohibido de su carne,
expresaron con timidez, balbuceantes.
Después unos pasos ansiosos sobre la acera
-hasta que una sonrisa, un leve signo fue intercambiado.
Y luego el coche cerrado...
la excitante aproximación de sus cuerpos;
las manos juntas,los labios juntos.
La vitrina del estanco.